Arquitectura Bioclimática
Nos encontramos en un momento en que tanto la sociedad como los arquitectos estamos tomando conciencia del estado en que se encuentra nuestro planeta. El proceso edificatorio y la arquitectura se desarrollan a costa de la degradación del medio ambiente. La situación energética mundial, y la española en particular, nos obliga a considerar la necesidad de minimizar la demanda energética de los edificios. Como profesionales, debemos implicarnos en el diseño de edificios más eficientes ya desde los primeros esbozos.
La arquitectura bioclimática consiste en aprovechar los recursos y la energía disponibles en el entorno para conseguir confort en el interior de las edificaciones. Para ello, debe sacarse el máximo partido del diseño del edificio y de las condiciones climáticas del lugar. De este modo, el conocimiento del clima y de las principales estrategias bioclimáticas se convierten en eficaces herramientas que nos ayudarán a aproximarnos al cumplimiento de los objetivos, así como a ser profesionales más respetuosos con el medio ambiente.
Desde siempre, el clima y el entorno físico y geográfico de la arquitectura han sido decisivos en la concepción y la construcción de los edificios. En la arquitectura popular las edificaciones debían adaptarse tanto al entorno (abasteciéndose con los recursos energéticos disponibles y empleando los materiales más abundantes en la zona, por ejemplo), como al clima (protegiéndose del sol, la lluvia o el frío y favoreciendo la ventilación o previendo las infiltraciones).
El objetivo consiste en alcanzar un amplio grado de bienestar interior en las edificaciones sacando el máximo partido al diseño arquitectónico. Para poder conseguir este objetivo es necesario conocer qué es exactamente el bienestar ambiental, cómo influye en el estado anímico y en la salud de las personas, qué parámetros determinan su consecución, y cómo debe diseñarse un espacio para favorecer el alcance de dicho bienestar.
Es importante tener en cuenta también los materiales y las técnicas constructivas a emplear. Conocer el Análisis del Ciclo de Vida de los materiales y las Declaraciones Ambientales de Productos de la Construcción es muy conveniente si se trabaja en esta línea.
Igualmente se pueden utilizar materiales naturales, o provenientes de algún proceso limpio de reciclaje que nos acerquen a la denominada bioconstrucción.
Desde hace un tiempo a esta parte vienen apareciendo un sinfín de certificaciones medioambientales que pretenden establecer cuáles son los requisitos que debe cumplir una edificación para poder considerarse “verde” o “sostenible”. Además, cada vez más empresas y particulares piden que su edificio cuente con una o varias de dichas certificaciones.
Se hace necesario conocer realmente qué tipos de certificaciones y estándares medioambientales existen, qué nos aporta cada uno de ellas, en qué aspectos de la edificación inciden, etc. para conseguir forjarnos un criterio propio al respecto y ser capaces de decidir qué o cuáles nos conviene más en función de nuestros propios intereses.